Exmo. Sr. D. José Manuel de la Brena y de la Brena.

BRIGADIER DE LOS REALES EJÉRCITOS Y CABALLERO DE LA ORDEN DE CALATRAVA.

 

El Excelentísimo señor don José Manuel de la Brena y de la Brena, nació en San Ciprián de Carranza, el 13 de febrero de 1767, siendo sus padres don Francisco de la Brena y del Pozo y doña Casilda de la Brena y Negrete. Los abuelos paternos fueron don Juan de la Brena y doña María del Pozo; y los bisabuelos paternos eran don Juan de la Brena y doña María García.

A los 37 años de edad, siendo Guardia de Corps de la Compañía Americana, fue hecho Caballero de la Orden de Calatrava.

En la época en que vivió, la vida militar estuvo llena de vicisitudes y de peripecias, pero su lema, que fue el valor y la prudencia, le granjearon los mayores honores.

A los 27 años (setiembre de 1794) entró a servir en el Real Cuerpo de Guardias de la persona del rey; en setiembre de 1809 le nombraron Cadete del Cuerpo de Guardias de Corps, sub-brigadier del mismo Cuerpo el 7 de julio siguiente, teniente coronel de Caballería el 17 de julio, secretario de la Inspección de este Real Cuerpo, el 21 de julio de 1814, segundo comandante de Escuadra en abril de 1825, brigadier de Caballería en diciembre de 1826, comandante primero de Escuadrón en octubre de 1829.

En el 1801 se halló en la campaña de Portugal y en varias acciones que hubo en ella. En 1808 se halló en las ocurrencias de Aranjuez en los días 17, 18 y 19 de marzo. Acompañó en custodia desde aquel sitio al castillo de Villaviciosa, a don Manuel de Godoy hasta que reclamado por los franceses, fue entregado. Tomó parte en los acontecimientos del 2 de mayo en Madrid, saliendo a patrullar por mandato de sus jefes para pacificar al pueblo, y estuvo en la batalla de Logroño y Tudela y en la retirada del ejército que mandaba el general Castaños.

El 1809 estuvo en la sorpresa que se hizo al enemigo en Mora y Consuegra, y tomó parte en la batalla de Talavera. Retirado el ejército a las mesetas de Ibor y Delitosa, pasó por mandato de sus jefes a las inmediatas órdenes del general en jefe don Francisco de Eguía. En este año, penetraron los franceses por Despeñaperros y marchó con el general y el ejercito a la ciudad de Jaén, donde tomaron puntos de defensa, mas, en una escaramuza el enemigo los obligó a retirarse por Terrales, a Huesca Obera, en Granada, en donde tomó el mando del ejército el general Blaque.

El 25 de octubre de 1811 se halló en la batalla de Pujol en las inmediaciones de Valencia; asistió a la acción del 26 de diciembre, y perdida quedó prisionero con el general y mucha parte del ejército, sufriendo un sitio hasta que capitularon, pero no se libró del cautiverio, porque el 10 de enero siguiente, salió prisionero para Francia y conducido al depósito de Macon, de donde consiguió fugarse con otros tres, aunque de nuevo fueron apresados a una legua de Aviñón. Los encerraron en la cárcel y colegio de los Papas de esta ciudad, y más tarde los trasladaron, cargados de cadenas al castillo de Yu.

En 1813, por aproximarse a aquel sitio las tropas aliadas, fue trasladado con otros prisioneros a la ciudadela de San Francisco de Er, cerca de Calef; y de aquí fue conducido al año siguiente, a Montpellier, atravesando Francia a pie y con una cadena al cuello.

En Montpellier recobró la libertad, y restituido a su Cuerpo, se le nombró secretario del mismo. Pasó por 41 cárceles en Francia.

En 1823, fue nombrado por el rey en Sevilla, vocal de la Junta de purificación y clasificación de aspirantes al Cuerpo de su Real Persona, y en enero de 1833 fue separado del Cuerpo y desterrado de Madrid y sitios reales a veinte leguas a la redonda, ignorándose las causas del destierro.

En febrero de este año, pasó destinado a la ciudad de Vitoria cuando contaba sesenta y seis años de edad.

Se le concedió la medalla de San Hermenegildo el 27 de enero de 1829, y la de San Fernando del Mérito, de Nápoles, el 20 de octubre de 1830.

En 1814, siendo sub-brigadier del Real Cuerpo de Guardias de la persona de S. M. se le concedió medalla de oro con la inscripción de SUFRIMIENTOS POR LA PATRIA, como uno de los tantos encarcelados en los castillos de Francia o fugados de sus prisiones.

En 1816 se le premió con otra cruz, por haberse fugado cuando la capital de Madrid estaba ocupada por los enemigos, para tomar parte en la defensa de los sagrados derechos de la religión y del trono desde el 2 de mayo de 1808 hasta el día anterior de la primera salida del rey intruso.

Como escudo de armas usó las mismas de su tío don Manuel Francisco de la Brena y Negrete.

 

«VALLE DE CARRANZA»

HIJOS ILUSTRES DE CARRANZA

D. MANUEL LÓPEZ GIL

Cura Arcipreste de Soscaño

BILBAO, 1975

I. S. B. N. 84- 400 -8528 -1