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D. Lucas de Carranza y Santisteban.

ALFÉREZ.

 

El alférez Lucas de Carranza y Santisteban, fue natural de San Esteban, habiendo militado en el Ecuador en el siglo XVII. Su esposa se llamó Casilda de Velasco, de la que tuvo a Juan de Zamal de Santisteban.

Al regresar de América, fundó en el Valle de Mena, un mayorazgo con dos torres y numerosas fincas, y le dotó además de una curiosa y rica serie de alhajas y objetos; unas armas enteras blancas aceradas, una alabarda y una espada con su daga, unos bordados, una cadena de oro de dos mil reales de peso, con su escarbadientes de oro de con cinco piezas, un sombrero con su trencilla en el cual hay diecisiete piezas de camafeos con su medalla, una fuente de plata que valía como cuarenta ducados, un salero de plata sobredorada, un relicario con reliquias de la Pasión de Cristo con muchos santos alrededor todo él de tamaño de un platoncillo, un jarro de plata, una escopeta, un montante, tres espadas, un anillo o sortija de oro esmaltado e negro. Todo pasaba al mayorazgo con la facultad de usarlo por los diversos poseedores que hubiere en el transcurso de los tiempos, pero nunca se podría enajenar.

Por designación de su padre, el primer poseedor fue su hijo legítimo Juan de Zamal y Santisteban, quien además lo amplió y redotó.

Fundó también en la iglesia de San Román, una capellanía perpetua de cuatro misas a la semana, en sufragio de su alma y la de sus deudos, dotándola de un capital de ciento diecinueve maravedis situados por privilegio en las alcabalas de las siete merindades de Castilla la Vieja, disponiendo igualmente que el primer capellán lo fuera su sobrino Diego de Zamal y Santisteban, entonces estudiante para clérigo, hijo de Diego Zamal y Santisteban.

Afirma el historiador Labayru, que también compró un sitio en la iglesia de San Esteban de Carranza, para fundar una capilla, habiendo invertido dos mil doscientos cincuenta y cuatro reales.

Otorgó su testamento en Bilbao, ante el escribano Juan de Ochoa, el 22 de noviembre de 1615, estableciendo las normas acostumbradas para la sucesión en el mayorazgo, y expresó el deseo de que valga también como testamento de su hijo Juan de Zamal y Velasco.

 

«VALLE DE CARRANZA»

HIJOS ILUSTRES DE CARRANZA

D. MANUEL LÓPEZ GIL

Cura Arcipreste de Soscaño

BILBAO, 1975

I. S. B. N. 84- 400 -8528 -1