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D. Gaspar Caballero y Bringas.

 

Por las hidalguías que se guardan en el ayuntamiento de Lanestosa consta que don Gaspar Caballero y Bárcenas, fue declarado hidalgo y noble el año de 1754. Era natural de la Calera (Karrantza), y estuvo casado con doña Teresa de la Colina, natural de Lanestosa. Tuvo por padres a Pedro Caballero y María Bringas de Ahedo; por abuelos paternos a Domingo Caballero y María Martínez; y por abuelos maternos a Agustín Bringas y Felipa Trueba.

Hijo de don Gaspar y doña Teresa, fue el insigne bienhechor de don Juan Manuel Caballero y de la Colina, natural de Lanestosa, casado con Juana de Dios Frenández de Barrena, vecinos de Guadalajara, México, quienes por su testamento de 27 de noviembre de 1835, otorgado en aquella ciudad ante don Joaquín María de Robles, crearon una fundación de doce becas, de cinco mil reales cada una, para que los parientes pobres puedan estudiar la carrera eclesiástica, del foro, o militar en primero y preferente lugar, y si esto no desean, se dediquen a cualquier ciencia o arte liberal.

Los aspirantes pueden ser nueve de la rama del fundador, y tres de la rama de la esposa. Si no hubiera aspirantes varones, se aplicarán las referidas becas a educar doncellas de la familia del fundador.

Para ser admitidos al disfrute de estos beneficios basta con que prueben ser parientes los más cercanos y que carezcan de recursos, ya residan en España o en otro lugar, aunque los estudios habrán de hacerse en España.

Si no hay parientes de ambos sexos que deseen recibir instrucción en la forma establecida, entonces el patrono podrá distribuir los réditos entre los cabeza de familia pobres que sean parientes del fundador, dando a los del señor Caballero tres cuartas partes, y una cuarta parte a los de la esposa.

El capital de la referida fundación, lo constituye la suma de setenta mil pesos. Veinte mil, aportados por doña Juana de Dios Fernández de Barrena, y los cincuenta mil restantes, por don Juan Manuel Caballero.

El patrono queda designado por la claúsula 9ª y 10ª de la escritura fundacional, y lo será el ilustrísimo señor obispo de Santander o el vicario general, a cuyo cargo quedan el capital, la percepción de los intereses, la designación de los presentados o solicitantes, el cuidado de que aprovechen en los estudios, y cuanto convenga para la plena efectividad de la fundación.

En la bula de erección del obispado de Vitoria, el año de 1857 y la de Bilbao el año de 1950, se disponía que pasaran a la nueva diócesis todas las fundaciones, capellanías, memorias pías y documentos correspondientes a los pueblos que se desmembraban de la de Santander y se incorporaban a las segundas, pero no fue así, y actualmente la sigue administrando el obispado de Santander, adonde deberán acudir los que aspiren a sus beneficios.

Es una de las que se han salvado de las desastrosas consecuencias de la desamortización.

 

«VALLE DE CARRANZA»

HIJOS ILUSTRES DE CARRANZA

D. MANUEL LÓPEZ GIL

Cura Arcipreste de Soscaño

BILBAO, 1975

I. S. B. N. 84- 400 -8528 -1